Hoy estaba mirando una abeja en la terraza. Así, sin prisa, mientras zumbaba entre una flor y otra. Y no sé por qué me dio por pensar… ¿cómo aman las abejas? ¿Sienten? ¿Se entregan? ¿O van en automático como muchos humanos?
Pues me puse a investigar.
Y prepárate, porque lo que descubrí es de película con final trágico y todo xd
1. El sexo en las abejas… es literal cuestión de vida o muerte
Resulta que los machos (los zánganos) solo tienen un propósito en la colmena: fecundar a la reina. Pero ojo, que no es una historia de amor, es casi una ruleta rusa.
Cuando el zángano logra aparearse con la reina —que ella solo lo hace una vez en su vida pero con varios zánganos—, él muere.
Sí, muere justo después del sexo. Porque al terminar, sus órganos reproductivos quedan atrapados dentro de ella y literalmente se le arranca el abdomen al volar.
Una entrega total. Brutal. Amar y morir en el mismo acto.
Y tú preocupadx porque no te contestó el mensaje.
Esta gente se muere sabes xd
2. La reina… también ama a su manera
La abeja reina tiene mil pretendientes en su “vuelo nupcial” (sí, se llama así). Se eleva al cielo y los zánganos la persiguen. Sólo los más fuertes llegan. Es como una danza sagrada, instintiva, y a la vez muy simbólica.
Ella guarda en su interior el esperma de esos machos el resto de su vida.
No vuelve a aparearse nunca más.
Es como si con esa única vez dijera: “Ya está, este amor me basta para crear vida por años.”
Fuerte.
3. Las obreras… son las que más amor reparten
No tienen sexo, no tienen gloria, no tienen nombre.
Pero sin ellas, la colmena no existe.
Ellas cuidan, limpian, dan calor, alimentan a la reina, a las crías, a todo el mundo.
Son las que hacen el trabajo invisible, el que nadie aplaude, pero que lo sostiene TODO.
¿Y sabes qué?
Muchas veces el amor real es eso. Lo que no se ve. Lo que no se dice.
Pero está. Y sostiene.
Total, que hoy vi una abeja y acabé pensando que el amor verdadero no siempre es romántico.
A veces duele, a veces cansa, a veces te pide más de lo que creías tener.
Pero si hay algo que las abejas me han enseñado hoy es esto:
Amar, de verdad, es acto de entrega. A veces te transforma. A veces te parte. Pero siempre te hace florecer.
Y tú, ¿a quién estás amando sin darte cuenta?
🐝💛