¿Sabes esa pelea interna que nunca para? Sí, esa que pasa en tu cabeza cuando la parte oscura y ruda de ti quiere ganar, pero también está esa luz que te dice “tú puedes, no te rindas”. Pues, bienvenido al ring de tu sombra contra tu claridad. Y spoiler: no eres el único en esta batalla.
La sombra es ese lado que a veces quieres esconder, porque duele, porque da miedo o porque simplemente no sabes cómo manejarla. Esa voz interna que te sabotea, que te recuerda todo lo que crees que no eres, tus inseguridades, tus fallos. La sombra es ruda, insistente y te agarra justo cuando estás más vulnerable.
Pero la claridad también está ahí, firme. No es un rayo de luz que aparece de la nada, sino más bien un fuego constante que va creciendo. Esa claridad es cuando te empiezas a aceptar, cuando ves tus heridas sin juzgarte, cuando decides levantarte a pesar de todo. La claridad es verdad, es fuerza y es esa parte de ti que sabe que mereces paz, amor y respeto — especialmente de ti mismo.
Y aquí está lo real: la sombra y la claridad no desaparecen, no es que una mate a la otra. No, son compañeras de vida, dos lados de la misma moneda que están peleando para que elijas quién manda hoy.
Quizá hoy ganes tú, y mañana tu sombra dé un golpe. Pero mientras sigas dándole espacio a la claridad, mientras sigas siendo honesto contigo mismo, esa sombra irá perdiendo terreno poco a poco.
¿Quieres un consejo? No huyas de tu sombra. Escúchala, obsérvala sin miedo y luego vuelve a tu claridad, esa que sabe que no importa lo duro que sea el día, siempre puedes elegir la luz.
Porque al final, esa lucha es la que te hace crecer, la que te hace humano. Y si estás leyendo esto, es porque ya tienes la claridad para reconocerlo.
Así que dale, pelea, llora, ríe, pero nunca pierdas de vista que tu claridad está ahí, esperándote para recordarte lo fuerte que eres.
Enfrentar la sombra siempre es dificil, siempre la queremos olvidar, dejarla silenciosamente olvidada en una esquina.
Gracias por sacar a relucirla en este escrito♥️